Muchos creyentes parecen pensar que pueden dejar perplejo a cualquier ateo exigiendo saber de dónde proviene la moralidad. Si Dios no existe, ¿quién es el dador de la ley divina? Esta pregunta se contesta sola, en realidad. Si no hay Dios, entonces no hay un dador de la ley divina. Esto deja a muchos creyentes rascándose la cabeza preguntándose de dónde obtenemos los ateos nuestra moralidad.
Por supuesto, yo sostengo que los ateos obtenemos nuestra moralidad del mismo lugar que los creyentes (la mayor parte del tiempo). Sé que esto puede resultar chocante para algunos creyentes, pero no se consigue la moralidad de Dios o de la Biblia .
Desgraciadamente, muchos ateos tampoco saben de dónde viene nuestra moralidad, por lo que pensé en esforzarme por explicar en este rápido resumen dónde estamos en filosofía moral hoy. Sin embargo, el campo de la ética es bastante grande y por lo general tiene un estante completo o más dedicado en la mayoría de las bibliotecas y librerías, así que animo a la gente a ir y leer algunos de los libros de esos estantes para obtener una mejor comprensión de la filosofía moral. Hay un montón de libros de introducción a la ética allí también. Esto es sólo una respuesta corta a esta pregunta.
Una de las adaptaciones evolutivas humanas que nos han ayudado a sobrevivir y prosperar es nuestra capacidad de trabajar juntos en grupo. Es poco probable que seas capaz de encontrar una persona completamente autosuficiente. Todo lo que tenemos en nuestra sociedad, lo tenemos porque somos capaces de trabajar juntos. Porque los seres humanos somos criaturas complejas, necesitamos reglas que nos ayuden a lidiar con las complejidades de la vida cooperativa. Este es el principio de la moralidad.
El contrato social es un acuerdo tácito entre todos los miembros de la comunidad para ayudarnos a trabajar juntos. Aunque este contrato social es estupendo a primera vista, no es suficiente. ¿Qué sucede cuando los que hacen el contrato social lo hacen para favorecer sus propios intereses en lugar de los intereses de aquellos con menos poder?
Introduce los conceptos de equidad y justicia. Estos conceptos surgen de nuestro sentido de la empatía y la compasión. Hemos evolucionado hasta el punto en el que nos podemos imaginar lo que es estar en la situación de otra persona. No querriamos ser tratados injustamente nosotros mismos, así que cuando alguien está siendo tratado injustamente, por lo general sentimos compasión por él.
Sabemos por experiencias pasadas y mediante suposiciones razonables que ciertas acciones, actitudes y reglas no son útiles en la promoción del bienestar de los individuos y de la sociedad en su conjunto. Cuando las reglas son injustas, las personas que son tratadas injustamente tienden a sentir resentimiento y ese resentimiento no es útil a la sociedad en su conjunto. No hace falta decir que tampoco es útil para los individuos.
Es importante señalar que la moralidad no existe en un vacío. Si no existieran las criaturas sensibles (o sólo existiera una), entonces no habría necesidad de moralidad. Aunque hasta cierto punto se puede argumentar que la moralidad es una invención humana, no sería exacto afirmar que la moralidad se confeccionó de la nada a nuestro antojo relativista.
La moralidad no es más que nuestra comprensión de causa y efecto, junto con nuestro deseo de bienestar de la sociedad y los individuos en la sociedad. Esos deseos nacen de nuestro sentido de la empatía y la compasión por los demás. No hay dioses involucrados.