Traducción de "How the Web is killing faith", escrito por Hemant Mehta y publicado en The Washington Post el 24 de mayo de 2012.

El año pasado, el apologista cristiano Josh McDowell hizo una declaración notable acerca de Internet, afirmando que "la abundancia de conocimiento, la abundancia de información, no dará lugar a la certeza, sino que dará lugar a un escepticismo generalizado. Internet ha nivelado el campo de juego [dando igualdad de acceso a los escépticos]." Dijo eso como si fuera una cosa mala.

Sin embargo, no es difícil ver por qué McDowell está preocupado. El acceso libre al conocimiento -la capacidad de comprobar los relatos de sacerdotes, imanes y rabinos- es una sentencia de muerte para la religión tal como la conocemos, e Internet está acelerando el proceso. (Me centro en el cristianismo en esta pieza, ya que tiene la presencia más grande en Internet en los Estados Unidos).

No mucho tiempo atrás, las declaraciones hechas en un púlpito eran simplemente aceptadas como verdaderas. Ahora, un niño con un iPhone en el banco de una iglesia puede encontrar una amplia evidencia que contradice lo que los hombres de Dios le están diciendo. Esa "historia real" que su pastor está contando Snopes.com la desacreditó hace tiempo. ¿El matrimonio homosexual es destructivo, dice? Miles de videos en Youtube hechos por gays y lesbianas enamorados -así como por otros cristianos- pueden dar fe de lo contrario. ¿La evolución es una conspiración liberal? TalkOrigins.org le mostrará cómo responder a todos los argumentos del lado creacionista. ¿La educación sexual basada únicamente en la abstinencia está funcionando? No, según el nuevo estudio científico que acaba de leer.

No es sólo la abundancia de información la que crea pesadillas para los líderes religiosos. Es el simple hecho de que, por la falta de edificios físicos en los que encontrarse, los ateos tienden a congregarse en línea. Hasta la llegada de Internet, no teníamos un espacio donde pudiéramos hablar de nuestra falta de creencias religiosas, pero entre los blogs, podcasts y sitios de medios sociales, los ateos han prosperado en la era de Internet.

Toda la evidencia -y muchos de los comentarios que se leen en línea- está a nuestro favor y, a menos que una iglesia oblige a sus miembros a vivir en aislamiento completo del resto de la sociedad, es inevitable que van a estar expuestos a la evidencia que contradice sus propias creencias de una manera u otra. Puede que haya sido posible "proteger" a los cristianos de puntos de vista opuestos antes de Internet, pero es duro como el infierno hacerlo ahora. Quizás aún más importante, es fácil encontrar a otro que no esté de acuerdo con lo que tu propio pastor pueda estar diciendo.

Por supuesto, Internet es un gran lugar para localizar una iglesia o escuchar un sermón, pero para cada sitio que te informa acerca de la ubicación de una iglesia, hay un foro con una crítica negativa del mismo lugar. Puedes publicar en línea un sermón, pero otros publicarán réplicas y refutaciones al mismo. Puedes comentar en tu blog acerca de Jesús todo lo que quieras, pero los comentaristas anónimos rápidamente encontraran agujeros en tu lógica defectuosa para que todos los vean.

La Iglesia solía ser una calle de sentido único. El pastor te alimentaba con su información y eso era todo. Internet puso patas arriba ese modelo y dió a la gente la oportunidad de contestar. Ahora los creyentes pueden contrastar sus propios argumentos en asuntos de fe con los de personas que están en desacuerdo. Muchos cristianos no van a la búsqueda activa de puntos de vista discrepantes, por supuesto, pero ¿qué pasa con los escépticos? ¿Qué pasa con los jóvenes cristianos que no están seguros de aceptar lo que la iglesia les enseña? Van a ser capaces de llegar a sus propias conclusiones, que no serán necesariamente los mismas que sus padres y pastores quieran que adopten.

Esto es por lo que a los ateos nos encanta Internet. Podemos decirles a los cristianos que el emperador no lleva nada de ropa. Podemos cuestionar el dogma que simplemente han aceptado todas sus vidas. Podemos exponer fraudes religiosos. Podemos explicar las muchas consecuencias desafortunadas de las creencias no cuestionadas. Internet es la peor pesadilla de la fe ciega.

El genio no va a volver a la botella. Los líderes religiosos deben estar muy preocupados.