Traducción de 'Why we don't believe in science', escrito por Jonah Lehrer y publicado en The New Yorker el 7 de junio de 2012.

La semana pasada, Gallup anunció los resultados de su última encuesta sobre los estadounidenses y la evolución. Las cifras fueron un golpe severo a los profesores de ciencias de secundaria en todas partes: el 46% de los adultos dijeron que creían que "Dios creó a los seres humanos en su forma actual durante los últimos 10.000 años".  Sólo el 15% estuvo de acuerdo con la afirmación de que los seres humanos habían evolucionado sin la guía de un poder divino.

Lo más notable acerca de estos números es su estabilidad: estos porcentajes se han mantenido prácticamente sin cambios desde que Gallup comenzó a hacer la pregunta, hace treinta años. En 1982, el 44% de los estadounidenses sostenía puntos de vista estrictamente creacionistas, una diferencia estadísticamente insignificante respecto a 2012. Por otra parte, el porcentaje de estadounidenses que creen en la evolución biológica sólo se ha incrementado en cuatro puntos porcentuales en los últimos veinte años.

Estos datos de la encuesta plantean preguntas: ¿Por qué algunas ideas científicas son difíciles de creer? ¿Qué hace que la mente humana sea tan resistente a cierto tipos de hechos, aún cuando estos hechos están respaldados por una gran cantidad de evidencias?

Un nuevo estudio sobre la cognición, dirigido por Andrew Shtulman en el Occidental College en Los Angeles, ayuda a explicar la obstinación de nuestra ignorancia. Como señala Shtulman, las personas no son pizarras en blanco, deseosas de asimilar los últimos experimentos en su visión del mundo. Más bien, estamos equipados con todo tipo de intuiciones ingenuas sobre el mundo, muchas de los cuales no son ciertas. Por ejemplo, la gente cree de manera natural que el calor es un tipo de sustancia, y que el Sol gira alrededor de la Tierra. Y luego está la ironía de la evolución: nuestros puntos de vista acerca de nuestro propio desarrollo no parecen estar evolucionando.

Esto significa que la educación científica no es simplemente una cuestión de aprender nuevas teorías. Por el contrario, también se requiere que los estudiantes abandonen sus instintos, desechando las falsas creencias de la forma en que una serpiente muda su piel vieja.

Para documentar la tensión entre los nuevos conceptos científicos y nuestras intuiciones pre-científicas, Shtulman diseñó una prueba sencilla. Pidió a 150 estudiantes que habían tomado múltiples clases de ciencia y matemáticas de nivel universitario que leyeran varios cientos de enunciados científicos. A los estudiantes se les pidió que evaluaran la veracidad de estas afirmaciones lo más pronto posible.

Para hacer las cosas interesantes, Shtulman dio a los estudiantes afirmaciones que eran a la vez ciertas de manera intuitiva y de hecho ("La Luna gira alrededor de la Tierra") y afirmaciones cuya verdad científica contradice nuestra intuición ("La Tierra gira alrededor del Sol").

Como era de esperar, a los estudiantes les llevó mucho más tiempo evaluar la veracidad de las afirmaciones científicas verdaderas que contrastan con nuestro instinto. En cada categoría científica, de la evolución a la astronomía a la termodinámica, los estudiantes hicieron una pausa antes de aceptar que la Tierra gira alrededor del Sol, o que la presión produce calor, o que el aire está compuesto de materia. Aunque sabemos que estas cosas son verdaderas, tenemos que empujar en contra de nuestros instintos, lo que conduce a un retraso medible.

Lo que es sorprendente acerca de estos resultados es que, incluso después de interiorizar un concepto científico -la inmensa mayoría de los adultos reconocen ahora la verdad de Copérnico de que la Tierra no es el centro del Universo- la creencia primitiva perdura en la mente. Nunca desaprendemos completamente nuestras intuiciones erróneas sobre el mundo. Simplemente aprendemos a ignorarlas.
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Shtulman y sus colegas hacen un resumen de sus hallazgos:

Cuando los estudiantes aprenden teorías científicas que entran en conflicto con sus anteriores e ingenuas teorías, ¿qué ocurre con las teorías anteriores? Nuestros hallazgos sugieren que las teorías ingenuas son reprimidas por las teorías científicas, pero no suplantadas por ellas.

Si bien este nuevo documento ofrece una explicación convincente de por qué los norteamericanos son tan resistentes a determinados conceptos científicos -la teoría de la evolución, por ejemplo, contradice tanto nuestras intuiciones ingenuas como nuestras creencias religiosas- también incide en investigaciones previas que documentan el proceso de aprendizaje dentro de la cabeza. Hasta que no entendamos por qué algunas personas confian en la ciencia nunca vamos a entender por qué la mayoría de las personas no lo hacen.

En un estudio realizado en 2003, Kevin Dunbar, un psicólogo de la Universidad de Maryland, mostró a estudiantes unos videos cortos de dos bolas de distinto tamaño cayendo. El primer video mostraba las dos bolas cayendo a la misma velocidad. El segundo video mostraba la bola más grande cayendo a un ritmo más rápido. La filmación era una reconstrucción del famoso (y probablemente falso) experimento llevado a cabo por Galileo, en el que dejó caer balas de cañón de distinto tamaño desde la Torre de Pisa. Las bolas de metal de Galileo llegaron al suelo al mismo tiempo, refutando a Aristóteles, que afirmaba que los objetos más pesados ​​caían más rápido.

Mientras que los estudiantes estaban viendo las imágenes, Dunbar les pidió que seleccionaran la representación más acertada de la gravedad. No hubo sorpresa, los estudiantes sin conocimientos de física no estaban de acuerdo con Galileo. Valoraron que las dos bolas cayendo a la misma velocidad era algo profundamente irreal. Guiados por nuestra intuición, todos somos aristotélicos. Además, cuando Dunbar monitorizó a los voluntarios con una máquina de resonancia magnética, encontró que mostrando el video correcto a estudiantes no especializados en física provocaba un patrón particular de actividad cerebral: había un chorro de sangre en la corteza del cíngulo anterior, un collar de tejido situado en el centro del cerebro. La CCA está típicamente asociada con la percepción de errores y  contradicciones -los neurocientíficos a menudo se refieren a esta zona como parte del circuito  "¡oh, mierda!"- así que tiene sentido que se active cuando vemos un video de algo que parece erroneo, aunque sea correcto.

Estos datos no son sorprendentes, ya sabemos que la mayoría de los estudiantes de licenciatura carecen de una comprensión básica de la ciencia. Pero Dunbar también llevó a cabo el experimento con estudiantes de física. Como era de esperar, su educación les permitió identificar el error, sabían que la versión de Galileo era la correcta.

Pero resultó que algo interesante estaba sucediendo dentro de sus cerebros que les permitía sostener esta creencia. Cuando vieron el video científicamente correcto, aumentó el flujo sanguíneo a una parte del cerebro llamada la corteza dorsolateral prefrontal. La CDP se encuentra justo detrás de la frente y es una de las últimas áreas del cerebro que se desarrolla en los adultos jóvenes. Desempeña un papel crucial en la supresión de las llamadas representaciones indeseadas, deshaciéndose de esos pensamientos que no son útiles. Si no quieres pensar en el helado que hay en el congelador, o necesitas concentrarte en una tarea tediosa, la CDP está probablemente trabajando duro.

Según Dunbar, la razón de que los estudiantes de física tuvieran que hacer uso de la CDP es porque estaban ocupados suprimiendo sus intuiciones, resistiéndose a la atracción del error de Aristóteles. Sería mucho más conveniente si las leyes de la física se alinearan con nuestras creencias ingenuas-o si la evolución no fuera cierta y los seres vivos no evolucionaran a través de mutaciones aleatorias. Pero la realidad no es un espejo, la ciencia está llena de hechos incómodos. Y esta es la razón por la que aceptar la versión correcta de las cosas requiere esfuerzo.

Por supuesto, que el trabajo mental extra no siempre es agradable. (Hay una razón por lo que lo llaman "disonancia cognitiva".) Llevó unos pocos cientos de años para que la revolución copernicana se extendiera popularmente. Al ritmo actual, la revolución darwiniana, al menos en Estados Unidos, llevará el mismo tiempo.


 
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Traducción de 'Why the Pope Hates Nuns', escrito por Adele M. Stan y publicado en AlterNet el 1 de junio de 2012.

En 1979, a la hermana Theresa Kane se le encomendó una tarea muy especial. Como presidenta de la Conferencia de Lideres de Mujeres Religiosas (CLMR), que aglutina a la mayoría de órdenes de monjas católicas de Estados Unidos, Kane fue invitada a pronunciar un discurso de bienvenida para el recién elegido Papa Juan Pablo II durante su primera visita a los Estados Unidos. En la reunión, dentro del gran templo de la ciudad de Washington conocido como el Santuario de la Inmaculada Concepción, Kane ofreció al Papa una cálida bienvenida, y luego se lanzó a lo siguiente:

"Al compartir este momento privilegiado con usted, Su Santidad, os exhorto a tener en cuenta el intenso sufrimiento y el dolor que es parte de la vida de muchas mujeres en Estados Unidos. Yo le invoco a escuchar con compasión la llamada de las mujeres. Como mujeres, hemos escuchado los mensajes de gran alcance de nuestra Iglesia reclamando la dignidad y el respeto a todas las personas. Como mujeres, hemos reflexionado sobre estas palabras. Nuestra meditación nos lleva a afirmar que la Iglesia, en su lucha por ser fiel a esa llamada al respeto y la dignidad, debe responder ofreciendo la posibilidad a las mujeres de ser incluidas en todos los ministerios de la Iglesia."

"Todos los ministerios", incluyendo, por supuesto, el sacerdocio. Su significado no pasó desapercibido para el Papa ni, al parecer, sus secuaces con sotana.

El jefe de la cuadrilla de ejecutores del nuevo papa era Joseph Ratzinger, obispo de Baviera, a quien, tres años más tarde, Juan Pablo II nombraría prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, entidad una vez conocida como la Santa Inquisición.

Como prefecto Ratzinger pronto puso a la Congregación a la altura de su históricamente inquisitiva reputación, llevando a cabo una yihad contra los obispos, clérigos y monjas liberales en los EE.UU. y en todo el mundo. Hoy en día, el ex-prefecto se ha convertido en el Papa Benedicto XVI, siendo aún un ejecutor, uno con muy buena memoria.

El 28 de abril de 2012, casi 33 años después de la exposición sin precedentes de Theresa Kane al anterior Papa, el Vaticano emitió un veredicto en contra de la Conferencia de Lideres, el grupo de monjas dirigido por Kane en 1979: sus miembros estaban desafiando la doctrina católica, dijeron los investigadores del Vaticano, mediante la promoción de "temas radicalmente feministas", así como contradiciendo las enseñanzas de la Iglesia sobre la homosexualidad y el sacerdocio estrictamente masculino. Además, como Laurie Goodstein del New York Times informó: "Las hermanas fueron amonestadas también por hacer declaraciones públicas en desacuerdo con los obispos, que son los auténticos maestros de la fe y la moral dentro de la Iglesia".

Como castigo, el cardenal William Joseph Levada, que ahora ocupa el antiguo puesto de Ratzinger en la Congregación, designó al arzobispo J. Peter Sartain de Seattle como supervisor de la CLMR, dándole la última palabra en toda expresión pública hecha en su nombre. Los vínculos entre la CLMR y dos grupos católicos liberales también serán investigados.

En declaraciones a CBS This Morning la semana pasada, la hermana Maureen Fiedler, presentadora del programa de la radio pública Voces Ecuménicas, dijo: "Si este fuera el mundo empresarial, creo que diría que es una opa hostil."

El viernes, en un desafío sin precedentes, el consejo de la CLMR, después de una semana de reuniones en Maryland sobre la manera de responder a la ofensiva del Vaticano, emitió una declaración de intenciones de sus miembros para oponerse a la toma de control de la jerarquía de su organización. Se dice, en parte:

"Los miembros del consejo concluyeron que la evaluación se basó en acusaciones sin fundamento y el resultado de un proceso defectuoso carente de transparencia. Por otra parte, las sanciones impuestas fueron desproporcionadas con respecto a las preocupaciones planteadas y podrían comprometer su capacidad para cumplir su misión. El informe, además, ha causado escándalo y dolor en toda el comunidad eclesiástica y ha creado una mayor división."

Las hermanas dijeron que  Pat Farrell  y Janet Mock, presidenta y directora ejecutiva respectivamente, viajarán a Roma para hacer frente a esos problemas con el prefecto y el obispo nombrado para supervisar a las hermanas, y luego consultará con los miembros de la organización en agosto. Una de las opciones que la organización podría elegir es desvincularse por completo de Roma y declararse como una organización sin fines de lucro. La Conferencia de Lideres de Mujeres Religiosas, de acuerdo a su sitio web, "cuenta con aproximadamente 1.500 miembros que son elegidos por sus respectivas ordenes religiosas y representan aproximadamente el 80% de las 57.000 monjas católicas en los Estados Unidos."

La teóloga Mary E. Hunt, co-directora del Centro Católico de Recursos Feministas, me dijo en una entrevista telefónica desde su oficina en Silver Spring, Maryland, que el Vaticano puso la mira en la CLMR porque, como organización que forma parte de la estructura de la Iglesia, sus miembros son "canónicamente vulnerables", lo que significa que están sujetos a la ley de la jerarquía, conocida como el derecho canónico, según la interpretación de sus ejecutores designados. En caso de que el grupo se disuelva y pase a ser una organización sin fines de lucro, sólo tiene que operar dentro de los límites de  la ley de los EE.UU., en virtud de la cual se garantiza la libertad religiosa de sus miembros bajo la Primera Enmienda.

Un culto de poder

Cuando se examina en combinación con la rabieta adoptada recientemente por la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. sobre el mandato de control de natalidad en la ley de reforma de salud firmada por el presidente Barack Obama en 2010, la cruzada del Papa Benedicto XVI en contra de las monjas  hace parecer a la curia romana y a los obispos, por encima de todo, un culto de misóginos. Pero eso sería una lectura demasiado simple. En su corazón, la jerarquía de la Iglesia es una secta de poder,  la misoginia no es sino una herramienta más para garantizar que el poder permanece en sus manos.

No hay más que mirar el actual escándalo que envuelve al Vaticano sobre los negocios de su banco, y la batalla fratricida librada por los partidarios y enemigos del secretario de estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. La semana pasada, el mismo mayordomo del Papa fue arrestado por supuestamente haber filtrado correspondencia confidencial y documentos del Papa  al periodista Gianluigi Nuzzi, autor de un libro recién publicado sobre Benedicto XVI.

Luego están los recientemente revelados pagos hechos por el cardenal Timothy Dolan, mientras era arzobispo de Milwaukee, a los sacerdotes acusados ​​de abusos sexuales a menores que estuvieran de acuerdo  en no impugnar  su expulsión del sacerdocio.

La campaña para desacreditar a Bertone se cree que está orquestada por los partidarios de su predecesor, que quieren a Bertone fuera del camino antes de que Benedicto XVI muera, con el fin de evitar que presida el cónclave que elegirá al próximo Papa. En el caso de Dolan, utilizó los pagos como un medio de preservar su propio poder mientras se desempeñaba como arzobispo de Milwaukee, haciendo a un lado a los sacerdotes problemáticos. (Parece haber funcionado; Dolan es ahora el cardenal arzobispo de Nueva York.) El plan de sobornos de Dolan, por supuesto, es sólo un pequeño detalle de la  enorme y vergonzosa catástrofe  que la jerarquía ha traído sobre sí misma al encubrir los delitos contra menores cometidos por más de unos pocos sacerdotes a lo largo de décadas. Todo en un esfuerzo por preservar su propio poder mediante el mantenimiento de una falsa apariencia de corrección que puso a un sinnúmero de niños en situación de riesgo.

Escribiendo en Religion Dispatches, Mary Hunt sostiene que el ataque del Vaticano a las monjas no va dirigido solamente a las monjas. Se trata de los laicos, de evitar que la gente de la Iglesia les reclame el poder que les concedió durante las reformas del Concilio Vaticano II, y mantener el poder de los clérigos. "El esfuerzo para controlar a la CLMR se entiende tanto para poner firmes al resto de nosotros como para acorralar a las monjas", escribe Hunt.

Esta no es la primera vez que el Vaticano ha tratado de silenciar a las monjas de Estados Unidos. En un famoso caso, 24 hermanas fueron amenazadas con ser expulsadas ​​de sus órdenes por haber firmado una declaración que afirmaba que "la diversidad de opiniones" sobre el tema del aborto existe dentro de la Iglesia, incluyendo la creencia de que el aborto a veces puede ser una opción moral. El anuncio fue patrocinado por Catholics for Choice (Católicos pro-elección), entonces bajo la dirección de Frances Kissling. El cardenal Ratzinger presidió el interrogatorio.

Pero esta vez es diferente, afirma Hunt, por el papel desempeñado por las monjas en la aprobación de la Ley de Asistencia Asequible, la ley de reforma de salud iniciada por el gobierno de Obama y firmada por el presidente. Cuando los obispos, a través de la Conferencia de Obispos Católicos, trataron de bloquear la legislación, en gran parte debido a las medidas que se ocupan de la cobertura de temas de salud reproductiva de las mujeres, el gobierno acudió a la hermana Carol Keehan, presidente y directora ejecutiva de la Asociación Católica de Salud, que representa a unos 600 hospitales y 1.400 centros de salud católicos. Cuando Keehan respaldó el proyecto de ley, prestó una impronta católica a una de las piezas distintivas más controvertidas de la  actual administración. Cuando Obama firmó la ley, envió una de las plumas usadas en la ceremonia de firma a Keehan. El desafío de Keehan se agravó cuando una coalición de monjas de Estados Unidos escribió una carta de apoyo a la ley que fue firmada por las líderes de 55 órdenes religiosas y grupos de apoyo, incluyendo la CLMR.

A principios de este año, la hermana Keehan salió a la palestra otra vez, cuando el gobierno anunció que las instituciones católicas no estarían exentas de cumplir el mandato de cubrir totalmente los costes de  anticonceptivos de sus empleados en sus planes de seguros médicos, y hacerlo sin exigir un co-pago. Después de la protesta previsible de los obispos, el gobierno ofreció un "arreglo" requiriendo que las empresas de seguros de salud se hicieran cargo de la cobertura de los anticonceptivos, y Keehan dio su aprobación.

Las monjas desafian a los obispos en temas de salud y los obispos se quejan de la libertad religiosa

En la elección de las monjas para proporcionar un sello de aprobación católico, tanto para la ley de asistencia sanitaria como para el "arreglo" en la anticoncepción, el gobierno de Obama actuó asumiendo que el núcleo duro de los obispos y su posición contra la anticoncepción y el aborto en cualquier circunstancia no tienen el apoyo de la mayoría de los católicos de Estados Unidos, cuyas opiniones están más en línea con los representados por las monjas. Los estrategas legislativos sabían que el aval moral de las monjas sería una gran ayuda para sacar la ley adelante. Sin embargo, en la ejecución de su estrategia, la administración se atrevió a hacer lo que nadie antes había hecho: exponer la impotencia de la jerarquía ante la voluntad de lo que los documentos reformistas del Concilio Vaticano II llamaron "el pueblo de Dios". A los obispos, y presumiblemente el Papa, no les hizo ninguna gracia.

Si bien es cierto que la investigación del Vaticano de la Conferencia de Lideres comenzó hace casi cuatro años, el momento del anuncio del Vaticano de su "toma hostil" coincide con el lanzamiento de un aluvión de demandas en contra de la administración por parte de obispos y entidades católicas desafiando la aprobada ley de asistencia sanitaria. El momento del ataque del Vaticano sobre las monjas también coincide con una ofensiva de relaciones públicas de los obispos que acusan a la nueva ley como una violación de la libertad religiosa. Una ofensiva que incluye la llamada a la celebración de una "quincena de la libertad", que abarca del 21 de junio, comienzo de las fiestas de San Juan Fisher y Santo Tomás Moro, hasta el 4 de julio.

Sarah Posner, escribiendo en Religion Dispatches, comenta:

"Fusionando el martirio de santos católicos con el día de la Independencia, los obispos escriben: "Nuestro calendario litúrgico celebra una serie de grandes mártires que permanecieron fieles frente a la persecución por el poder político... culminando en el día de la Independencia, este período especial de oración, estudio, catequesis y acción pública que hace hincapié en nuestras herencias cristiana y americana de libertad."

Todo esto, por supuesto, viene a la cabeza cuando la campaña electoral se está calentando a lo largo de los meses de verano. Los obispos instan a conmemorar la "resistencia a las incursiones totalitarias contra la libertad religiosa" y piden a "una inmensa cantidad de escritores, productores, artistas, editores, cineastas y autores de blogs que empleen todos los medios de comunicación -tanto antiguos como nuevos- para exponer y enseñar la fe. Ellos también tienen un papel fundamental en esta gran lucha por la libertad religiosa. Hacemos una llamada a que utilicen sus habilidades y talentos en defensa de nuestra libertad principal."

La ironía aquí está en que una buena parte del problema que el Vaticano y los obispos están teniendo con sus monjas y feligreses estadounidenses es, de hecho, su americanidad. Para la jerarquía de la Iglesia Católica en Roma, su rebaño norteamericano, al verse asimilado en una cultura mayor, se convirtió cada vez en más problemático. Los católicos estadounidenses, a menudo entusiastas en su patriotismo, estan en realidad sujetos a dos religiones diferentes y contradictorias: la religión cívica estadounidense de la libertad, el individualismo y la democracia participativa, y la tradición romana de la sumisión colectiva a la autoridad eclesiástica. Con el paso el tiempo, la religión de la libertad en muchos aspectos llegó a superar la tradición de la fe de sus antepasados ​​en cuanto a la formación de un conjunto primario de valores. El catolicismo romano, para muchos, es más una identidad subcultural que una práctica diaria de las reglas y rituales establecidos por magisterio.

Los católicos norteamericanos han burlado de largo la prohibición papal en el uso del control de natalidad y no se inclinan, en conjunto, a conmoverse por la queja de los obispos respecto a libertades cohartadas -especialmente cuando la libertad que los obispos reclaman para sí supone el derecho para privar a una clase de personas, que representa la mitad de la población mundial, de un aspecto fundamental en la atención médica particular a esa clase- una clase que los obispos consideran no merededora de entrar en sus filas por la forma que sus cuerpos tomaron al nacer. Aunque el sexismo aún se mantiene vivo en los Estados Unidos, el americano medio, incluso el americano medio machista, por lo general no lo clasifica como una de las preciadas libertades religiosas por las que los estadounidenses deban entregar sus vidas.

En los años previos al escándalo de los abusos sexuales que ha sacudido a la Iglesia por más de una década, muchos católicos de Estados Unidos consideraban a los obispos y los papas como simplemente fuera de contacto con el mundo moderno en materia de sexualidad, sobre todo en lo relativo a la reproducción. Pero desde el escándalo, los obispos se encuentran ampliamente desacreditados pues se supo que muchos eran conscientes de la conducta sexual depredadora de algunos sacerdotes hacia menores de edad, y actuaron para encubrir los crímenes de esos clérigos. Uno de esos obispos fue William Levada, quien desempeñó el cargo de arzobispo de San Francisco y Portland, Oregon, y es ahora es el prefecto del Vaticano a cargo del acoso a las monjas.

Las monjas, por el contrario, sólo han crecido en estatura moral desde el Concilio Vaticano II a los ojos de muchos católicos, ya que aplican con seriedad el mandato de salir al mundo y hacer buenas obras. Hoy en día, los defensores católicos más visibles en materia de justicia social y económica son a menudo las monjas, que trabajan con los pobres y atienden a los enfermos. Tienen, en general, un nivel educativo superior al de los obispos que las gobiernan, y por tanto son a menudo más elocuentes al expresar su trabajo en el contexto de sus valores religiosos. Priorizan la llamada del Evangelio a trabajar por la justicia y la curación, frente a la demanda de obediencia a una estructura de poder cuyos príncipes predican la adhesión a un conjunto de reglas que son a la vez crueles y absurdas.

¿Es de extrañar entonces que, cuando el Vaticano condenó a la CLMR por, como Laurie Goodstein del New York Times informó, "enfocar su trabajo demasiado en la pobreza y la injusticia económica, mientras se mantiene "silenciosa" sobre el aborto y el matrimonio gay", católicos en todo el país expresaran su indignación en las manifestaciones que tuvieron lugar en 50 ciudades?

Vaticano S.A.

Cuando la hermana Maureen Fiedler describió la acción del Vaticano en el lenguaje de las grandes empresas, no lo hizo por casualidad. Según Mary Hunt, la estructura de poder del Vaticano es muy similar a la de una corporación, mientras que la estructura de la coalición estadounidense de órdenes religiosas femeninas se asemeja más al de una sociedad cooperativa. Hablando del Vaticano, dijo a AlterNet: "Este es un negocio, donde la gente hace lo que hace la gente en los negocios."

Sin embargo, con el actual escándalo sobre la correspondencia filtrada del Papa, los problemas con la transparencia del Banco del Vaticano, y el desastre mundial de las alegaciones de abusos sexuales contra sacerdotes y los obispos que les encubrieron, el Vaticano S.A. parece estar recorriendo el camino de Lehman Brothers y Enron. La debacle de los abusos sexuales ha llevado a la quiebra de dos archidiócesis en los EE.UU., bajo el peso de los acuerdos económicos hechos con las víctimas: Milwaukee, menos de dos años después de que el cardenal Dolan se convirtiera en arzobispo de Nueva York, y Portland, Oregon, bajo la dirección del cardenal Levada. Tal fue la brutalidad de Levada, de hecho, que castigó a un sacerdote que informó a la policía sobre los abusos a niños de otro sacerdote, decisión que se volvió en  su contra cuando el denunciante, el padre Jon Conley, presentó una demanda por difamación en contra de la Arquidiócesis después de allanar el camino para que la familia de un niño víctima de abusos consiguiese un acuerdo de 750.000 dolares con la Arquidiócesis.

Siendo ahora la cabeza de la Iglesia en la ciudad una vez descrita por el Papa Juan Pablo II como "la capital del mundo", el cardenal Dolan es uno de los encargados de sostener la falsa afirmación de los obispos de persecución religiosa por el gobierno de los EE.UU.. Pero a medida que los obispos de Estados Unidos montan su "quincena de la libertad" (quizás mejor llamada "quincena de la rabia"), las acciones del Vaticano parecen venirse abajo.

"El catolicismo romano, en su forma institucional, está haciendo implosión", dijo Hunt a AlterNet.

Algunos podrían ver en esa implosión un acto divino de destrucción creativa. Pues sin la institución, lo que queda de la Iglesia es simplemente el "pueblo de Dios". Y en el Evangelio de Mateo, así es más o menos cómo Jesús la definió.

En su comunicado, el consejo de la CLMR declaró:

[El consejo] considera que los asuntos de la fe y la justicia que atrapan los corazones de las hermanas católicas están claramente compartidos por muchas personas alrededor del mundo. A medida que la Iglesia y la sociedad se enfrentan a tiempos difíciles, consideramos que es imperativo que estos asuntos sean abordados por toda la comunidad eclesiástica en un ambiente de apertura, honestidad e integridad.


Texto relacionado:
Respuesta de las monjas estadounidenses al asalto del Vaticano

 
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Traducción libre de '8 Ways the Religious Right Wins Converts – To Atheism', escrito por Valerie Tarico y publicado en su blog el 28 de mayo de 2012.

Si los obispos católicos, sus aliados protestantes conservadores y otros fundamentalistas de la derecha tuvieran como único proposito  diezmar las las filas de los creyentes, no podrian hacerlo mejor.

Testimonios en sitios como ExChristian.net muestran que la gente deja la religión por una serie de razones, muchas de las cuales están fuera del control de los líderes religiosos.  A veces, la ciencia pone a los creyentes en la senda de la duda. Otras veces, encuentran su fe destrozada por el sufrimiento del mundo -ya sea debido a una devastadora enfermedad, una lesión grave o pérdida en sus propias vidas o porque experimentan la realidad del dolor a través de otras personas. A veces, el creyente se siente intrigado por la arqueología o el estudio de la religión misma. A veces, simplemente coge un ejemplar de la Biblia o el Corán y descubre allí contradicciones o inmoralidades que conmueven su fe.

Pero si lees los testimonios de ExCristian comprobarás que a menudo los lideres de una confesión hacen cosas que o bien ponen en marcha el proceso de deconversión o le dan un empujón. Pueden convertir a alguien con dudas en escéptico y al calmado escéptico en abierto ateo o, como un ex-cristiano suele llamarse a si mismo, "desevangelizador".

Estas son algunas de las mejores maneras en que los cristianos empujan  a la gente fuera de las iglesias y a los escépticos fuera de sus armarios. Echando un vistazo a la lista no puedes evitar preguntarte si los obispos católicos, Rick Santorum, Michele Bachmann [Nota del traductor: ambos son candidatoss republicanos a las elecciones presidenciales de 2012] y sus aliados fundamentalistas trabajan para el diablo.

1. Acoso a los homosexuales. Por motivos puramente demográficos, muchas personas homosexuales nacen en familias religiosas. La condena (y auto-condena) a la que se enfrentan si sus familias ven la homosexualidad como una abominación puede ser atroz, como sabemos por la tasa de suicidios. Algunos gays emocionalmente maltratados pasan la vida luchando o negando lo que son, pero muchos encuentran al final  la manera de abrirse en congregaciones que los apoyan o comunidades no religiosas.

Las actitudes ignorantes y malintencionadas hacia la homosexualidad no solo empujan a los gays fuera de las iglesias, también son un factor deconversor importante para sus familiares y amigos heterosexuales. Cuando los cristianos caen en el insulto, los devotos padres que aman a sus hijos homosexuales también se sienten incómodos en sus parroquias.  Muchos jovenes, para los cuales los derechos de los homosexuales son una obviedad, ponen a las iglesias homófobas en la categoria de retrogradas y el hostigamiento les empuja también lejos de esas iglesias. Eso hace de Fred Phelps [NdT: famoso por su eslogan "Dios odia a los maricones"] un evangelista más util para el ateísmo que para su propia Iglesia Baptista de Westborough.

2. Citar la Biblia. A la gente que piensa en la Biblia como la palabra literal de Dios le encanta citar extractos para apoyar sus puntos de vista. Suelen empezar con el verso "Toda la Escritura es inspirada por Dios..." (2 Timoteo 3:16-17), como si ese argumento circular pudiera convencer a alguien que no fuera un devoto creyente. Procederán después a citar cualquier verso autoritario, homófobo o misógino, digamos, "El que escatima la vara odia a su hijo" (Proverbios 13:24), "Los golpes y las heridas curan la maldad." (Proverbios 20:30), o "No te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer. Eso es una abominación." (Levítico 18:22). De este modo, invitan a quien duda a cuestionar la autoridad bíblica. Los literalistas que usan este tipo de citas son muy valiosos para aquellos a los que nos gustaría ver desaparecer el culto a la Biblia, porque el uso de citas se puede hacer también para contra-argumentar y es fácil  encontrar en el Libro afirmaciones que son científicamente absurdas o moralmente repugnantes.

Muchos cristianos liberales o modernos ven la Biblia como un documento humano, un intento imperfecto por parte de nuestros antepasados de articular su mejor comprensión de Dios. Supongamos que un cristiano se enfrenta a un versículo que dice, por ejemplo, "Maten a todos los niños, y también a todas las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales, pero quédense con todas las muchachas que jamás las hayan tenido." (Números 31:17-18), o "Ninguno de tus descendientes que tenga defecto físico deberá acercarse jamás a su Dios para presentarle la ofrenda de pan. En efecto, no deberá acercarse nadie que tenga algún defecto físico: ninguno que sea ciego, cojo, mutilado, deforme, lisiado de pies o manos,  jorobado o enano; ..." (Levítico 21:17-23). Él o ella pueden simplemente encogerse de hombros y decir: "Sí, eso es feo." Hace un par de años un grupo de cristianos liberales lanzó un concurso en Internet para votar el peor verso bíblico. Su fe no se apoyaba en la perfección de la Biblia. Los literalistas bíblicos, por otro lado, dan a alguien como yo una excusa para hablar de la esclavitud sexual o los prejuicios contra las personas con discapacidad en la Biblia -en frente de una audiencia a la que se le ha enseñado que el buen libro es uniformemente bueno. Para un creyente vacilante, la disonancia puede ser demasiado.

3. Misogínia. Por razones psicológicas y sociales, las mujeres se inclinan más hacia las creencias religiosas que los hombres. Ellas son más propensas a asistir a servicios religiosos y de insistir en la crianza de sus hijos en una comunidad creyente. También parecen más indiferentes que los hombres a la crítica racional de la religión, como debates sobre teología o biología evolutiva. Me resultó interesante comprobar hace poco que mi canal de YouTube, la vida después del cristianismo, que se centra en la psicología de la religión obtiene alrededor de un 80 por ciento de espectadores masculinos. Las mujeres son el apoyo básico de las iglesias, pero afortunadamente para los ateos, este hecho no ha causado que los cristianos conservadores  se planteen un sexismo justificado por -lo adivinaste- citas de los Antiguo y Nuevo Testamentos.

El pastor evangélico Jim Henderson publicó recientemente un libro, La renuncia de Eva, en el que insta a sus compañeros cristianos a  echar un vistazo a las consecuencias del sexismo en la Iglesia. De acuerdo con Henderson, el sexismo de la vieja escuela ha apartado a algunas mujeres del cristianismo de forma permanente, pero eso es sólo la punta del iceberg. Aquellas que se quedan son menos entusiastas y comprometidas de lo que serían.  Las iglesias dependen de las mujeres voluntarias para roles que requieren distintos grados de responsabilidad. Para eso se necesita un alto nivel de confianza en las doctrinas de la Iglesia y también un fuerte sentido de pertenencia. El sexismo bíblico no ayuda. Entre 1991 y 2011 el porcentaje de mujeres que asisten a la misa en una semana típica se redujo en 11 puntos, del 55 a 44 por ciento.

4. Hipocresía. A los cristianos se les enseña -y muchos creen- que gracias a la presencia interior del Espíritu Santo son un faro moral para la sociedad. El autor de Mateo le dijo a su audiencia, "Vosotros sois la luz del mundo." (Mateo 5:14-16) Ese es un listón muy alto, y aún así los creyentes decentes (junto con muchas otras personas decentes) tratan de todo corazón de estar a la altura. Por otro lado, la presión sobre los que se llaman a si mismos los "justos" significa que también son propensos a ocultar, fingir, adoptar poses y hacer la vista gorda a sus propias y muy humanas faltas y defectos.

Las personas que desean desesperadamente ser santificados  y "purificados por la sangre del cordero", que necesitan creer que son ya merecedores del cielo, pero que las más pequeñas transgresiones de otras personas merecen la tortura eterna, tienen muchos motivos para caer en la auto-engaño y la hipocresía. Hipócritas de alto perfil como Ted Haggard o Rush Limbaugh pueden ser reverenciados por sus acólitos, pero para la gente cuya fe se tambalea,  ayudan a crear una aversión visceral hacia todo lo que defienden. Pero a menudo, las hipocresías que representan una amenaza a la fe son pequeñas e internas, como en los grupos juveniles de estudio de la Biblia. Los chismes y el rechazo social forman parte del estereotipo de la "vieja de iglesia" por una razón. También dejan un sabor amargo que hace que algunos miembros de la iglesia dejen de comulgar con ruedas de molino.

5. Comportamiento repugnante e inmoral. Los escándalos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes han hecho más por el nuevo movimiento ateo que los más notorios antiteístas como Christopher Hitchens (Dios no es bueno), Richard Dawkins (El espejismo de Dios), Sam Harris (El fin de la fe) o Bill Maher (Religulous) [disponible en la sección de video]. Para empeorar las cosas (o mejorarlas, según el punto de vista) Bill Donohue, presidente de la Liga Católica, parece estar haciendo todo lo posible para avivar las llamas: además del propio abuso, seguido por el encubrimiento, insiste en que la mejor defensa para la Iglesia es un buen ataque contra las víctimas, y se ha comprometido a luchar contra ellas "una por una."

La Freedom From Religion Foundation publica un periódico bi-mensual que incluye una sección regular: El registro de crimenes de cuello negro, que documenta los casos de fraude, abusos de drogas, delitos sexuales y demás por parte del clero católico y protestante. El propósito obvio es mover a los lectores desde "la religión no es cierta" a "la religión no es benigna" y luego a "la religión es aberrante y debe ser combatida". La indignación moral es una emoción poderosa.

6. Negación de la ciencia. Uno de mis antiguos amigos del grupo juvenil de estudios bíblicos puso fin a su fe  por una conversación con el guia  del grupo, quien le explicó que los esqueletos de dinosaurio en realidad son los huesos de los gigantes descritos en los primeros libros de la Biblia. ¡Ajá!. Los cristianos han descubierto docenas de formas no demostrables de explicar el registro geológico: los días de los que habla el Genesis fueron en realidad "edades". Dios creó el mundo y colocó los fósiles para poner a prueba nuestra fe. La historia bíblica de la creación es una metáfora sagrada. Pero los creacionistas partidarios de la Tierra joven, creada en su forma actual hace no más de 6.000-10.000 años están atrapados. Y puesto que casi la mitad de la población estadounidense cree en alguna versión de esta historia de la Tierra joven, hay amplias oportunidades para las mentes inquisitivas de salir de  este sinsentido proto-científico.

Al igual que otros factores que he mencionado, la negación de la ciencia no se limita a mover a los creyentes hacia la increencia, sino que también  provoca manifestaciones de  oposición que van desde blogeros irascibles a defensores legítimos. Proporciona material a cómicos y críticos: "¿Si el mundo fue creado hace 6.000 años, de donde sale el combustible que alimenta a tu coche?" Los defensores de la ciencia sostienen que la fe, incluso la socialmente  benigna, es una manera fundamentalmente defectuosa de conocimiento. La Iglesia Católica, tal vez todavía lamiéndose las heridas por lo de Galileo (no se disculpó hasta el siglo XX), ha logrado evitar posiciones incómodas y fácilmente refutables respecto a la biología evolutiva. Se podría argumentar que sus posiciones fomentadoras del ateísmo en temas como la anticoncepción, de manera similar, se basan en la ignorancia o la negación acerca de las ciencias biológicas - en este caso, la embriología y el hecho básico de que la mayoría de los embriones no se convierten en personas.

7. Intromisión política. Si nos fijamos en los comentarios/citas/chistes/fotos de crítica a la religión que circulan en Facebook y Twitter, la mayoría de ellos se refieren a las incursiones de la Iglesia en la esfera política. Una disputa entre dos ateos estalló en mi sitio web ayer. "¿Por qué no pueden los ex-cristianos simplemente dejar de hablar de la religión y seguir adelante con la construcción de un mundo mejor?", Preguntó uno. "¿Por qué no nos callamos?" Gritó el otro. "¡Debido a este tipo de mierda!" Y publicó un enlace a una noticia sobre el estado de Kansas dando a los médicos permiso para negar la anticoncepción e información médica precisa a sus pacientes.

Doy crédito a George W. Bush por mi transformación desde persona políticamente indiferente a guerrera cultural. Dio a entender informalmente que, para ir a la guerra, no necesitó consultar con su propio padre porque había consultado al gran hombre del cielo, y mis parientes evangélicos lo respaldaron en eso, y pensé, ¡oh, Dios mío, las creencias con las que me criaron matan gente!. La derecha religiosa, y ahora los obispos católicos, han metido a la religión en la política de la manera más fea posible, cercana a la guerra santa, y las personas que se preocupan por el bien común se han dado cuenta. Listados de horribles versículos bíblicos, artículos sobre la psicología de la religión, investigaciones que exponen maquinaciones en Washington, proselitismo desenfrenado en el ejército y las escuelas públicas, todas esto es muy conocido por los políticos progresistas porque es imposible impulsar el cambio sin enfrontarse el fundamentalismo religioso .

8. Intrusión. El cómico y ateo australiano John Safran voló a Salt Lake City para una ronda de desevangelización de puerta a puerta después de que mormones llamaran a su puerta demasiadas veces en la mañana del sábado. Intrusiones más graves y profundamente personales en decisiones relativas al inicio y al final de la vida, por ejemplo, generan un anti-teísmo reactivo en muchas personas que sólo quieren vivir y dejar vivir.

Los conservadores católicos y evangélicos han hecho una apuesta de alto riesgo para recuperar el control autoritario sobre sus rebaños y aferrarse a la próxima generación de creyentes (y contribuyentes) reafirmando dogmas ortodoxos que hacen de la fe cristiana una proposición de todo o nada. Su objetivo es un nivel de pureza teológica que produzca otro Gran Despertar basado principalmente en los mismos dogmas que el último. Tienen la esperanza de zafarse de la diversidad teológica, y reestablecer su control de arriba hacia abajo en las cuestiones de conciencia, reponiendo a sus miembros con anti-feminismo, políticas pro-natalistas y proselitismo en el hemisferio sur. Pero cuanto más recurren al autoritarismo, al aislamiento y la interpretación estricta de los textos de la Edad del Hierro, más gente sale perjudicada en el nombre de Dios y más gente se indigna. Al hacer de la fe cristiana una proposición de todo o nada, obligan a algunos aspirantes a creyentes a elegir la opción "nada". Y los anti-teístas estamos contentos de echar una mano.


 
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Traducción de 'Serpent-handling pastor's life and death follow father's path', escrito por Julia Duin y publicado en Kentucky.com el 2 de junio de 2012.

Mack Wolford, un extravagante pastor pentecostal de Virginia Occidental, esperaba que el servicio al aire libre que había planeado para el domingo 27 de mayo en un parque estatal aislado sería "como en los viejos tiempos", lleno de gente hablando en lenguas, manejando serpientes y pasándoselo "a lo grande". Pero no fue como estaba previsto. En su lugar, Wolford, que acababa de cumplir 44 años el día anterior, fue mordido por una serpiente de cascabel que había tenido durante años. Murió la noche del domingo.

Mark Randall "Mack" Wolford era conocido en todos los Apalaches como un hombre atrevido de fuertes convicciones. Él creía que la Biblia ordena a los cristianos manejar serpientes para poner a prueba su fe en Dios y que, en caso de mordedura, deben confiar en Dios para sanar. Los partidarios de esta tradición citan a Marcos 16:17-18 como la razón de su práctica: "Y estas señales acompañarán a los que crean: En mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán en sus manos serpientes y, si beben algo venenoso, no les hará daño. Además, pondrán sus manos sobre los enfermos y éstos sanarán."

Hijo de otro manejador de serpientes que murió en 1983 después de ser mordido, Wolford estaba tratando de mantener viva la práctica, tanto en Virginia Occidental, donde es legal, como en los estados vecinos, donde no lo es. Era el tipo de hombre que los reporteros adoran: elocuente, amable y agradecido por la atención de los medios de comunicación. Muchos manejadores pentecostales de serpientes se apartan de los periodistas, pero Wolford no lo hizo. Se llevaba a la prensa en sus expediciones a la caza de serpientes.

El domingo comenzó como un culto festivo al aire libre en el Panther Wildlife Management Area, un parque estatal a unas 80 millas al oeste de Bluefield, en Virginia Occidental. En los días previos, Wolford había publicado varios avances en su página de Facebook pidiendo a la gente que asistiera. "Este domingo va a ser un dia fabuloso", escribió el 22 de mayo. "Va a ser como en los viejos tiempos. Con buena gente venida del valle y de la cresta de la montaña, creyentes llenos del Espíritu Santo hablando en lenguas."

"Alabado sea el Señor y acércame las serpientes, hermano", escribió 23 de mayo. También invitó a su extensa familia, que había abandonado en gran medida la práctica de la manipulación de serpientes. "Habíamos manejado serpientes en ocasiones, pero lo habíamos dejado", dijo su hermana Robin Vanover el lunes. "Su cumpleaños fue el sábado y todo lo que quería hacer era juntar a sus hermanos y hermanas en la iglesia."

Por este motivo fueron llamados a esta reunión de alabanza y adoración cristianas. A unos 30 minutos en el servicio, dijo su hermana, Wolford había estado pasando una serpiente de cascabel a un miembro de la iglesia y a su madre. "La dejó sobre el terreno", dijo, "se sentó junto a la serpiente, y le mordió en el muslo."

La celebración se detuvo poco después, y Wolford fue llevado a casa de un pariente en Bluefield a recuperarse, como siempre habían hecho cuando había sufrido mordeduras de serpiente. Al caer la tarde, estaba claro que esta vez era diferente, y los mensajes desesperados comenzaron a volar en Facebook llamando a la oración. Wolford empeoró. Los paramédicos lo llevaron al Centro Médico Regional de Bluefield, donde fue declarado muerto. No se pudo determinar cuando los paramédicos fueron avisados.

Wolford tenía 15 años cuando vio a su padre morir a los 39 años de una mordedura de serpiente de cascabel en casi las mismas circunstancias. "Sobrevivió 10 horas y media", dijo Wolford a The Washington Post el pasado otoño hablando de su padre. "Cuando fue mordido, me dijo que quería morir en la iglesia. Tres horas después, sus riñones fallaron, y después de un tiempo, su corazón se detuvo. Odiaba ver que se iba, pero murió por lo que creía." Según personas que presenciaron la muerte de Mack Wolford, la historia se repitió. Fue mordido hacia la 1:30 de la tarde y murió alrededor del 11:00 por la noche.

Entre los presentes se encontraba Lauren Pond, de 26 años, una fotógrafa free-lance de Washington, D.C. que llevaba más de un año tomando fotos de los manejadores de serpientes en el área, incluso para The Washington Post, y se quedó en casa de Wolford en noviembre. "Él me ayudó a entender la fe en vez de simplemente documentarla", dijo el martes. "Era uno de los pastores más abiertos que he conocido. Era un amigo y un maestro." La familia le permitió mantenerse cerca de Wolford el domingo por la noche y está recuperándose todavía de haber sido testigo de la muerte agónica del pastor. "No he visto la mordida", dijo. "He visto las consecuencias."

En una entrevista hecha en el Post el año pasado, Jim Murphy, encargado del Centro de Reptiles del Zoológico Nacional, describe lo que ocurre tras la mordedura de una serpiente de cascabel. El dolor es "insoportable", dijo. "El veneno ataca el sistema nervioso. Es cruel y horrible cuando sucede."

Pero Wolford se negó a temer a las criaturas. Se colocaba serpientes venenosas alrededor del cuello, bailaba con ellas, incluso se tumbaba cerca de ellas. Tenía marcas en su mano derecha, donde varias cobras habían hundido sus colmillos. Su casa en Bluefield tenía un dormitorio sobrante con al menos ocho serpientes venenosas: serpientes de cascabel y cobras que alimentaba con ratas y ratones. Era un apasionado ayudando a las iglesias de los estados vecinos, entre ellos Carolina del Norte y Tennessee -donde la práctica es ilegal- para que empezaran sus propios servicios con manejo de serpientes.

"Le prometí al Señor que haría todo lo posible para mantener la fe viva", dijo en octubre. "Paso mucho tiempo yendo a un montón de lugares donde manejan serpientes para mantenerlos motivados. Intento involucrar a todo el que puedo."

Su funeral será el sábado en su iglesia, la casa del Señor Jesús, en Matoaka, justo al norte de Bluefield.


 
Traducción de "How the Web is killing faith", escrito por Hemant Mehta y publicado en The Washington Post el 24 de mayo de 2012.

El año pasado, el apologista cristiano Josh McDowell hizo una declaración notable acerca de Internet, afirmando que "la abundancia de conocimiento, la abundancia de información, no dará lugar a la certeza, sino que dará lugar a un escepticismo generalizado. Internet ha nivelado el campo de juego [dando igualdad de acceso a los escépticos]." Dijo eso como si fuera una cosa mala.

Sin embargo, no es difícil ver por qué McDowell está preocupado. El acceso libre al conocimiento -la capacidad de comprobar los relatos de sacerdotes, imanes y rabinos- es una sentencia de muerte para la religión tal como la conocemos, e Internet está acelerando el proceso. (Me centro en el cristianismo en esta pieza, ya que tiene la presencia más grande en Internet en los Estados Unidos).

No mucho tiempo atrás, las declaraciones hechas en un púlpito eran simplemente aceptadas como verdaderas. Ahora, un niño con un iPhone en el banco de una iglesia puede encontrar una amplia evidencia que contradice lo que los hombres de Dios le están diciendo. Esa "historia real" que su pastor está contando Snopes.com la desacreditó hace tiempo. ¿El matrimonio homosexual es destructivo, dice? Miles de videos en Youtube hechos por gays y lesbianas enamorados -así como por otros cristianos- pueden dar fe de lo contrario. ¿La evolución es una conspiración liberal? TalkOrigins.org le mostrará cómo responder a todos los argumentos del lado creacionista. ¿La educación sexual basada únicamente en la abstinencia está funcionando? No, según el nuevo estudio científico que acaba de leer.

No es sólo la abundancia de información la que crea pesadillas para los líderes religiosos. Es el simple hecho de que, por la falta de edificios físicos en los que encontrarse, los ateos tienden a congregarse en línea. Hasta la llegada de Internet, no teníamos un espacio donde pudiéramos hablar de nuestra falta de creencias religiosas, pero entre los blogs, podcasts y sitios de medios sociales, los ateos han prosperado en la era de Internet.

Toda la evidencia -y muchos de los comentarios que se leen en línea- está a nuestro favor y, a menos que una iglesia oblige a sus miembros a vivir en aislamiento completo del resto de la sociedad, es inevitable que van a estar expuestos a la evidencia que contradice sus propias creencias de una manera u otra. Puede que haya sido posible "proteger" a los cristianos de puntos de vista opuestos antes de Internet, pero es duro como el infierno hacerlo ahora. Quizás aún más importante, es fácil encontrar a otro que no esté de acuerdo con lo que tu propio pastor pueda estar diciendo.

Por supuesto, Internet es un gran lugar para localizar una iglesia o escuchar un sermón, pero para cada sitio que te informa acerca de la ubicación de una iglesia, hay un foro con una crítica negativa del mismo lugar. Puedes publicar en línea un sermón, pero otros publicarán réplicas y refutaciones al mismo. Puedes comentar en tu blog acerca de Jesús todo lo que quieras, pero los comentaristas anónimos rápidamente encontraran agujeros en tu lógica defectuosa para que todos los vean.

La Iglesia solía ser una calle de sentido único. El pastor te alimentaba con su información y eso era todo. Internet puso patas arriba ese modelo y dió a la gente la oportunidad de contestar. Ahora los creyentes pueden contrastar sus propios argumentos en asuntos de fe con los de personas que están en desacuerdo. Muchos cristianos no van a la búsqueda activa de puntos de vista discrepantes, por supuesto, pero ¿qué pasa con los escépticos? ¿Qué pasa con los jóvenes cristianos que no están seguros de aceptar lo que la iglesia les enseña? Van a ser capaces de llegar a sus propias conclusiones, que no serán necesariamente los mismas que sus padres y pastores quieran que adopten.

Esto es por lo que a los ateos nos encanta Internet. Podemos decirles a los cristianos que el emperador no lleva nada de ropa. Podemos cuestionar el dogma que simplemente han aceptado todas sus vidas. Podemos exponer fraudes religiosos. Podemos explicar las muchas consecuencias desafortunadas de las creencias no cuestionadas. Internet es la peor pesadilla de la fe ciega.

El genio no va a volver a la botella. Los líderes religiosos deben estar muy preocupados.